Los secretos del Santo Rosario.
 

La Santísima Virgen María le reveló a Santo Domingo de Guzmán:
“Sólo si la gente considera la vida, muerte y gloria de mi Hijo, unidas a la recitación del Ave María, los enemigos podrán ser vencidos. Es el medio más poderoso para destruir la herejía, los vicios, motivar a la virtud, implorar la misericordia divina y alcanzar protección. Los fieles obtendrán muchas gracias y encontrarán en Mí a alguien siempre dispuesta y lista para ayudarles”.
HISTORIA Y ESPIRITUALIDAD DEL ROSARIO
El Rosario tiene toda una prehistoria y una evolución hasta llegar a como lo conocemos hoy día. Una forma tan perfecta, una oración tan completa (vocal, mental y contemplativa) y tan rica de alimento espiritual por el contenido teológico y devocional, no puede nacer de un día para otro ni puede ser fruto de la intuición de un sólo hombre. Es inútil buscar el rezo difundido del Ave María antes del siglo XII. Lo que sí se rezaba era el Padrenuestro (Salterio de Cristo, 150 Padrenuestros para imitar los 150 Salmos de las Sagradas Escrituras) y se recitaba también el Credo. San Pedro Damiano habla de un religioso que todos los días iba al altar de la Virgen y rezaba con el saludo del ángel: "Dios te salve María, llena de gracia, el Señor está contigo" (Lc 1, 28). Hay otros ejemplos parecidos, según las crónicas, pero siempre con la salutación angélica a la que se le agregaron más tarde las palabras de santa Isabel "Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre" (Lc 1, 42).

El rezo del Ave María fue prescrito en la Orden Dominicana. Al fundar lo que luego será la hermandad seglar (de laicos), Santo Domingo, les pidió que "rezaran diariamente un cierto número de Padrenuestros y de Avemarías, en lugar del Oficio Divino". En las Beguinas de Gante -pueblo entero de mujeres piadosas dirigidas por frailes dominicos- cuya regla data de 1234, dice "Cada Beguina... debe rezar cada día tres guirnaldas, orando, que se llaman el Salterio de la bienaventurada Virgen". Si cada "guirnalda" constaba de 50 Avemaría, para imitar el libro de los Salmos (los clérigos y monjes rezaban los 150 salmos ), las tres "guirnaldas" eran de 150 Avemaría. El Rosario avemariano empieza, prácticamente, en este sentido, a constituirse. Santo Domingo dispuso a las monjas de Roma que rezaran el Oficio Divino, y a las "legas" (las que no sabían leer) les pedía que rezaran una "guirnalda". Podemos observar hasta ahora, lo que nos dice un historiador: "Vemos que el rezo del Avemaría, que se encuentra en el siglo XII rezado, circunstancialmente, por una que otra persona; en el siglo XIII, en sus comienzos, se recitaba al lado de Santo Domingo con una generosidad asombrosa; lo propuso para sus frailes, para sus hermanos seglares, las monjas y para los legos en general que hacían de ello su Oficio Divino". Respecto a los "contadores" propios del Rosario, aparecen frecuentemente como "hilos de cuentas". El primero que se conoce perteneció a un fraile dominico, Romeo de LLivia (1218), quién al morir tenía en la mano, fuertemente agarrada, una cuerda con nudos, que le servían para contar las mil Avemarías que recitaba diariamente.

En la segunda mitad del siglo XV aparece ya el Rosario en las manos y el cuello de la Virgen de la misma forma como lo conocemos hoy, con las quince "decenas". A partir de este siglo es cuando se comienza a propagar como forma de oración metódica y la atribución del Rosario a Santo Domingo de Guzmán. Respecto a las fórmulas de recitación, tuvo muchas variantes que datan de fuentes distintas. La incorporación del "Padrenuestro" como parte de estructura del salterio mariano data de comienzos del s. XIV. La adición del nombre de "Jesús" se introdujo a fines del mismo siglo. El "Santa María Madre de Dios", es una oración agregada que data del Concilio de Éfeso (431) y no es directamente bíblica; es añadida oficialmente por la Iglesia en el s. XVI. "Santa María, ruega por nosotros", fue encontrada por primera vez en un monje cartujo del siglo XV. Y el "ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén" se usaba en Roma alrededor del 1493. Será en el pontificado del fraile dominico San Pío V (1586) que se le dará al Rosario de María la estructura que conocemos hoy. El "Gloria", al final de cada decena de Avemarías, será introducido en 1613. La distribución de los misterios en gozosos, dolorosos y gloriosos, que ha regulado el ritmo de la piedad de generaciones enteras, se atribuye al dominico Santiago Sprenger (1436-1496).

Es verdad que Jesús está presente. Cuando estemos en oración recordemos lo que Jesús nos dijo: “Cuando dos o tres estén reunidos en mi Nombre, yo estaré allí en medio de ellos”. Por eso debemos rezar con mucho amor y alegría. Rezar con el corazón, rezar con fe, sin prisa, con devoción, meditando: Como nos pide María. Contemplando diariamente los Misterios desde su Corazón y el de Jesús.

“El Santo Rosario -dice María en San Nicolás- es el arma a la cual le teme el enemigo, es también el refugio de los que buscan alivio a sus pesares y es la puerta para entrar en mi corazón”.
Lea la historia completa del rosario:
http://rosarioperpetuo.com.ar/#IHS3dPexd3N2tTQ1tvJ39naw52coJWe