EL SECRETO DE MARÍA. Obra de San Luis María Grignion de Montfort.
San Luis María Grignion de Montfort escribe este breve libro como una presentación de la temática desarrollada en otra obra suya, el Tratado de la Verdadera Devoción, que aparece como el escrito principal del santo.
¿Por qué habla de un secreto al referirse a la Virgen?
Esta convencido de que María y su papel en la historia de la Salvación no son aún suficientemente conocidos por los cristianos y que para conocerlos se necesita un favor especial de Dios.
El Secreto de María quiere fundamentalmente significar que la piedad mariana es una actitud básica del corazón creyente que impregna toda la vida del hombre. La devoción a María es mucho antes una vivencia profunda y medular que un cúmulo de prácticas devocionales. Estas prácticas son convenientes y hasta necesarias, pero como expresión de un corazón existencialmente mariano.
El secreto que quiere transmitir este libro exige de quien lo recibe ciertas condiciones, sin las cuales no encontrará resonancias ni aceptación. Para recibir la gracia de comprender este secreto es necesario conservar en la propia vida un ambiente de oración; la oración hace sintonizar el corazón con el don que presenta el secreto.
Igualmente habrá de tener amor por los pobres y él mismo poseer un alma de pobre para que el secreto pueda ser escuchado y comprendido. También se requiere capacidad de renuncia y celo evangelizador, junto con el deseo de la santidad. Sin estas condiciones, sostiene Grignion, se corre el riesgo de que el secreto pueda convertirse en veneno condenatorio en lugar de bálsamo salvífico.
DIOS LLAMA A TODOS A LA SANTIDAD. SANTIDAD QUE ES DON, QUE ES GRACIA Y COMUNICACIÓN DE LA MISMA VIDA DE DIOS A LOS HOMBRES. ESA COMUNICACIÓN, LÓGICAMENTE ES UNA LIBRE Y EXCLUSIVA DECISIÓN DE DIOS, Y, SI SE LLAMA A MARÍA TESORERA DE LA GRACIA, ES PORQUE DIOS, ASÍ COMO ENTRÓ EN LA HISTORIA HACIÉNDOSE HOMBRE POR MEDIO DE MARÍA, SIGUE HOY QUERIENDO QUE LA VIRGEN CONTRIBUYA A HACER PRESENTE LA SALVACIÓN EN LOS CORAZONES FIELES. MARÍA, REINANDO GLORIOSAMENTE JUNTO A SU HIJO EN EL SENO DEL PADRE, CONTINÚA SU ACCIÓN MATERNAL PARA CON LOS HOMBRES: AL PIE DE LA CRUZ LOS RECIBIÓ COMO HIJOS Y SIGUE SIENDO FIEL A ESA MATERNIDAD.
La acción de María a favor de los hermanos de su Hijo es acercarlos a Dios y unirlos a Jesús. Nada guarda ella para sí. Por eso, toda verdadera devoción mariana es siempre cristocéntrica: A CRISTO POR MARÍA.
Si bien María conduce hacia Jesús y siempre se puede llegar a él tomándose de la mano de la Virgen, no quiere decirse con ello que el cristiano no pueda y deba recurrir directamente a Jesucristo, el único y perfecto mediador entre Dios y los hombres. Afirma que, acercándose a Cristo en unión a María, la pobre acción del devoto se verá asumida, enriquecida y presentada nada menos que por la Virgen llena de Gracia. En este contexto doctrinal propone el autor la perfecta devoción mariana que es la consagración a Jesucristo en María. Una consagración total por las manos de María.
Es consagrarse a Jesús...
con María, tomándola como modelo perfecto;
en María, en íntima unión a ella;
por María, acudiendo al Señor por medio de ella;
para María, es decir, para honrar al Hijo, honrando a la Madre.
Esta consagración interior y profunda tendrá necesariamente manifestaciones externas de devoción, cuidando siempre conservar el peso de la autenticidad para no caer en un vago y liviano sentimentalismo.
Escrita como si fuera la carta a una persona piadosa, la presente obrita montfortiana consta de una breve introducción; una primera parte en que María es vista en el contexto de la salvación que Dios va realizando en la historia; la segunda parte trata directamente de la consagración a María; le siguen tres oraciones, a Jesucristo, al Espíritu Santo y a María, oraciones que podríamos llamar fundamentales ya que explicitan ciertas actitudes básicas de la vida cristina; y concluye con una serie de consejos para poder vivir permanentemente la fidelidad a la consagración. Un apéndice con cánticos y oraciones acompaña la presente edición del Secreto de María.
Este presente es para hacerles llegar un sitio web destinado al Rezo del Santo Rosario para aquellas personas que estando solas, puedan sentirse acompañadas en una oración continua con Jesús y la Virgen María.
"El Rosario es uno de los signos más elocuentes del amor que las generaciones jóvenes sienten por Jesús y por su Madre, María"
La devoción de los Siete Dolores de la VIRGEN MARÍA
La devoción al SAGRADO CORAZON DE JESUS y la práctica de los Nueve Primeros Viernes
LA ÚLTIMA CIMA nos muestra un tipo de sacerdote del que nadie habla: los sacerdotes generosos, alegres, serviciales, humildes. Sacerdotes anónimos que sirven a Dios, sirviendo a los demás. Pablo es, nada más y nada menos, que un buen cura.
Pablo, sacerdote, sabía que iba a morir joven y deseaba hacerlo en la montaña. Entregó su vida a Dios... y Dios aceptó la oferta. Ahora dicen que está vivo. Pablo era conocido y querido por un número incalculable de personas, que han dejado constancia de ello después de su muerte.
LA ÚLTIMA CIMA muestra la huella profunda que puede dejar un buen sacerdote, en las personas con las que se cruza. Y provoca en el espectador una pregunta comprometedora: ¿también yo podría vivir así?
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